sábado, noviembre 29, 2008

El Debate de los Creyentes




En ningún lugar de las Sagradas Escrituras he encontrado algún versículo que diga que debemos debatir alguna cosa y mucho menos dice que debemos debatir la Sagrada Palabra, dado que la palabra debate significa: controversia, contienda, lucha y combate y sin embargo el debate está muy de moda entre los creyentes.

Debatimos entre nosotros, creyente con creyente o creyente con no creyente y sin ninguna duda esto es un grave error, ya que a la verdad por más que se quiera no se le podrá negar por siempre.

Lo que sí encontré en la Sagrada Palabra son los siguientes versículos.

Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda (o sea debate); pero
otros de buena voluntad. Filipenses 1: 15

Nada hagáis por contienda (debate) o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. Filipenses 2:3

Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y
honra e inmortalidad, 8pero ira y enojo a los que son contenciosos (debatientes) y
no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia. Romanos 2:7

Sin embargo también nos dice en Efesios 4:29 que “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar
gracia a los oyentes.

Así pues, hay casos especiales en los que el intercambio de puntos vista es edificante para todas las partes, siempre y cuando cumplamos con lo que dice Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Como edificantes, no cuentan las críticas constructivas sí en el camino herimos y lastimamos a la persona que estamos criticando “constructivamente” por ello es que:

Mateo 7:1 dice: No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Por ello los creyentes no debemos debatir, y mucho menos debatir acerca de la Palabra de Elohim, pues no debemos contender, si no nos parece lo que escribe o predica alguien, simplemente debemos ignorarlo, borrarlo y no comerlo, pues no todo es pan bueno y no por ser hijos de Elohim o creyentes tenemos el derecho de ir a maltratar a la persona que lo está diciendo, aunque lo que esté diciendo esté mal.

Los creyentes estamos prestos para censurar rápidamente el programa de radio o televisión que están viendo nuestros amigos o nuestros parientes y perdón, pero yo le pregunto ¿en verdad así lo trataron a usted para que se convirtiera o para que creyera en Cristo Jesús? Sin embargo, una cosa es respetar a los demás y otra cosa es volverse participe, cosa que la Palabra nos advierte que debemos de evitar.

Y si alguien es verdaderamente respetuoso ese es nuestro Padre Eterno que siendo el
Todopoderoso, no nos aplasta al instante cuando ve como obramos en contra de Él y de nosotros mismos y respeta aún las decisiones del peor de los peores y por ello, dice Cristo:

Juan 8:15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. 16Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.

Incluso los no creyentes no pierden oportunidad para buscar un debate con nosotros los creyentes y sobre todo cuando su amargura y decepción los ahoga y nosotros, los creyentes en nuestro afan de compartir la Sagrada Palabra caemos en el juego y muchas veces podemos salir lastimados en nuestra fe, si no estamos preparados o si nos falta estudio y oración. Pues es importante darnos cuenta que aquel que realmente está buenamente interesado en saber más de Cristo, estará dispuesto a estudiar la Palabra, a escuchar enseñanza sin cuestionar con insolencia todo cuanto se le explica, pues está abierto y recibe y lo que no entiende lo pregunta con respeto.

A ese hermanos míos, a ese sí le debemos compartir para edificación de ambas partes, pero al otro no, pues sólo quiere debatir.

Y si Usted hermano es predicador, evangelista, pastor o simplemente es un creyente que comparte la Palabra si le buscan para debatir, no lo haga, pues siguiendo el ejemplo de Cristo, siempre que los fariseos y los saduceos lo buscaron para hacerlo caer, sus respuestas fueran cortas y contundentes y además altamente edificantes para todos hasta nuestros tiempos.

Estoy segura que todo verdadero creyente sabe discernir, cuando es del Espíritu y cuando no y que un verdadero creyente sabe que la Palabra de Elohim no necesita defensores pues Cristo lo dijo, no yo:

Juan 10:27 Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen.

El debatir es todo lo contrario a lo que nos enseña nuestro Mesías Yeshua, pues la palabra debatir significa:

Altercar, contender, discutir, disputar sobre algo. Combatir, guerrear.

Podemos cuestionar, hacer declaraciones y dar nuestra opinión, siempre que sea con respeto y mesura, pues hay que dirigir nuestro saber a todos los que nos escuchan o leen con el respeto y amor que se merecen, Cristo lo dijo, no yo, “ama a tu prójimo como a ti mismo” pero si juzgamos y agredimos para convencer a la gente de nuestro punto de vista a bibliazos, tenga usted por seguro que Satanás se sabe la biblia de memoria y no debemos esperar una respuesta positiva.

Que Adonai los Bendiga grandemente y que Él sea la luz que ilumine su camino.